A lo largo de los años hemos visto como muchos celebrities participan en Supervivientes, el reality de Telecinco que ya celebra su decimosexta edición, con la clara intención de bajar de peso (y también de hacerse con el goloso premio económico). Además del reto físico y mental que supone la aventura de Honduras, la escasez de comida y la nula variedad de alimentos causa verdaderos estragos en los concursantes.
Marta López y Antonio Canales, los dos primeros expulsados de esta edición, ya se han enfrentado al espejo tras un mes sobreviviendo en la isla. El bailaor, que no daba crédito a su nueva imagen y vociferaba que "ya no era la misma persona", ha perdido 17 kilos en un mes. Por su parte, la colaboradora de televisión ha bajado la friolera de 14 kilos. Unos números sorprendentes pero que no son el récord, ya que éste lo tiene José Antonio Áviles, que volvió con 23 kilos menos de la edición 2020, la cifra más alta desde que empezó el concurso de Mediaset.


Además de los asombrosos cambios físicos -la mayoría, poco favorecedores- que experimentan los robinsones de la isla, la salud de muchos también entra en juego cuando se pierde tanto en peso en un tiempo reducido. Irene García-Motos, fisioterapeuta y estudiante del grado de Nutrición Humana y Dietética, explica en una entrevista con este medio los motivos perjudiciales para la salud de permanecer en constante en déficit calórico o hacer una restricción grande de calorías. Un práctica que puede extrapolarse a las contraindicadas dietas milagro.
"Al no haber el suficiente aporte calórico, se producen adaptaciones en nuestro organismo que implican la ralentización del metabolismo. El hipotálamo detecta que no hay suficiente aporte calórico y puede incluso sacrificar ciertos sistemas no vitales para reducir el consumo, como por ejemplo la menstruación en mujeres, creando una amenorrea", detalla la especialista. Un problema que va más allá de la salud física, ya que el déficit calórico puede desencadenar transtornos mentales como la ansiedad, depresión, falta de libido o fatiga, "porque sin energía el cuerpo no rendirá bien", completa.
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Cuando comenzamos a perder peso, la mitad de lo que perdemos es masa muscular, que es el principal protector de huesos y articulaciones y la clave para evitar problemas cardiovasculares. Pero también, tal y como desarolla García-Motos, esta pérdida de peso compremeterá la salud de nuestros huesos: "Las deficiencias nutricionales pueden hacer que nuestros huesos se vuelvan más débiles al quedarnos cortos en nutricientes (macronutrientes y micronutrientes). Este déficit de nutrientes, entre ellas vitaminas y minerales, dará lugar también a la perdida de cabello".
Cuando realizamos una dieta restrictiva no solo peligra nuestra salud, sino que no conseguiremos el objetivo deseado a largo ni medio plazo porque se dará el conocido como efecto rebote o efecto yoyó. Tras hacer una dieta hipocalórica, además de conseguir un metabolismo ralentizado, tendremos más hambre cuando volvamos a una ingesta normal, lo que produce que comamos sin control y el cuerpo nos pida alimentos nutritivos de rápida absorción: es decir, los que tienen mucha azúcar.
La dieta ideal: alimentación variada y perder medio kilo a la semana
Para conseguir nuestros objetivos sin poner en riesgo nuestra salud, García-Motos aconseja huir de las dietas milagro y basarse en una dieta variada compuesta por alimentos que nos aporten todos los macronutrientes y micronutrientes necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo. "Si basamos nuestra dieta en dos o tres alimentos, como en el caso de Supervivientes, estaremos sometiendo a nuestro cuerpo un déficit importante de nutrientes", asegura.
Con todo, para bajar de peso de forma saludable y segura, la experta recomienda que sea un proceso lento para evitar los temidos efectos rebotes, perdiendo unos 0.5kg semanales, con una restricción de unas 500kcal diarias.