Estilo de Vida

Por qué ocurre el 'efecto rebote' tras una dieta restrictiva y por qué deberías evitarlas a toda costa

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Se acercan los días de lucir tipito en la playa o la piscina y la operación bikni vuelve al rescate. O eso es lo que muchos intentan sin éxito. Las prisas por adelgazar y perder esos kilitos de más llevan a muchas personas a realizar dietas milagro -que de eso no tienen nada- para conseguir su objetivo cuanto antes. Un método del todo desaconsejado por los especialistas y profesionales ya que, además de ser perjudicial para la salud, no se mantiene en el tiempo y termina con el denominado efecto yoyó.

Concretamente, se conoce como efecto rebote o yoyó a la recuperación rápida de kilos perdidos que sucede tras retirar una dieta hipocalórica. El informe Dietas milagro y sociedad española publicado en 2020 por la Academia Española de Nutrición y Dietética y Fundación Mapfre pone de manifiesto que 8 de cada 10 personas reconocen que las 'dietas milagro' tienen efectos negativos en la salud, y pone de manifiesto que las mujeres, los jóvenes y las personas con bajos ingresos son los principales seguidores de este tipo de dietas.

Tal y como explica la nutricionista Rebecca Scritchfield, autora del libro "Mímate, ama tu cuerpo", en Saber vivir, "tenemos un cuerpo asombroso que sabe mantener nuestro peso en unos parámetros que varían entre 2 y 5 kilos cuando no haces dieta". Por eso, si un día puntual comemos demasiado, luego no tenemos hambre durante varias horas porque nuestro cuerpo estará haciendo la digestión, siendo la manera en la que nuestro cuerpo mantiene nuestro peso estable.

Por este motivo, las personas que realizan dietas restrictivas y sin control recuperan peso rápidamente, porque el cerebro le pide que coma lo suficiente para dotar al organismo de los nutrientes y energía que necesita -y que ha perdido durante la dieta-. Para cubrir rápido ese déficits, el organismo te pedirá alimentos nutritivos de rápida absorción: es decir, los que tienen mucha azúcar.

Metabolismo más lento

Otra de las consecuencias de realizar una dieta hipocalórica es que podemos relantizar nuestro metabolismo. Tal y como explica Scritchfield, el organismo se adapta a la escasez de nutrientes que entran en nuestro cuerpo gastando menos energía con el objetivo de no quedarse sin reservas. Esto hace que nuestro cuerpo aproveche cada alimento y almacena todas las calorías que entran en forma de grasa por miedo a quedarse sin gasolina.

Pero, aemás del efecto rebote, realizar este tipo de dietas sin control también puede acarrear problemas de salud como los cardiovasculares, daños en los riñones, debilidad muscular, molestias en las articulaciones o deshidratación.

Con todo, hay que tener claro que la realidad es que no existen los milagros. Para adelgazar de forma sana y sostenible es imprescindible cambiar tus hábitos de vida y, si lo necesitas, acudir a un especialista que pueda analizar lo que tu cuerpo necesita y guiarte en este proceso. Mantener una alimentación equilibrada y evitar el sedentarismo es la solución para perder peso y, además, ganar en salud.

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