La heredera al Trono cumple 13 años el próximo 31 de octubre y de seguir la hoja de ruta que aplicaron a su padre, con esa edad debería asistir a mediados de octubre en Oviedo a los Premios Princesa de Asturias que llevan su nombre y leer el discurso con el que toma posesión como titular de los galardones.
Felipe de Borbón tenía 13 años cuando el 30 de octubre de 1981 ocupó su asiento por primera vez junto a los reyes don Juan Carlos y doña Sofía en el escenario del teatro Campoamor de la capital del Principado. Había memorizado el texto con el que se dirigía a los asistentes, lo que facilitó que leyera con soltura y sin titubeos, durante un minuto y 36 segundos, su primer mensaje como Príncipe de Asturias.
El público aplaudió en pie la intervención de aquel adolescente encantador, de gesto sencillo y sin artificio, vestido con elegancia y normalidad. Trasmitía gestos de total respeto hacia sus padres, con quienes compartía la mesa presidencial. En Oviedo no tienen claro que Leonor esté presente en la edición de este año. Este otoño tendrá la edad de su padre cuando se subió al escenario del Campoamor pero en la organización aseguran que "quizá todavía no toca". ¿O sí?
La imagen de la heredera ha quedado tocada después del rifirrafe de la catedral de Palma. La brusquedad con que apartó la mano de doña Sofía de su hombro en dos ocasiones y cara al público ha sido analizada en multitud de comentarios de estos días, como el de una niña mal educada y poco respetuosa con su abuela. Pero es una niña. Si actuó o no bajo las órdenes que le estaba dando su madre, no podemos saberlo.
Con motivo del tema de Palma están saliendo a relucir testimonios de gente que ha sido testigo del trato de la reina a sus hijas con anécdotas como la ocasión en que doña Sofía les ofreció a sus nietas probar un trozo de empanada que les daban en algún sitio donde estaban invitadas y las niñas la rechazaron pesarosas porque su madre les tenía prohibido comer fuera del estricto régimen bio que les imponía no sólo en casa. Se publicó que Letizia obligó al colegio Santa María de los Rosales a cambiar el menú habitual del centro por el que decidió ella misma que era más saludable. Madres que han compartido cumpleaños de niños amigos o compañeros de colegio de las infantas aseguran que Leonor y Sofía tienen estrictamente prohibido comer los helados, pasteles o chuches que se sirven en esas celebraciones, aunque ven con envidia cómo los disfrutan otros niños.
En su única y breve visita al Club Naútico de Palma de Mallorca, hace dos verano, Felipe VI competía en la Copa del Rey y Letizia declinó la invitación de tomar un refresco con sus hijas en la terraza del club, donde doña Sofía se ha sentado durante 30 años cada mañana de la semana de regatas.
También se habla estos días de la supuesta visita de doña Sofía a la casa de sus nietas en ausencia de los reyes, que provocó una reprimenda monumental de Letizia al servicio: "Aquí no entra nadie a ver a mis hijas si yo no estoy en la casa", nos cuentan que dijo.
No es lo mismo aquel Felipe de Borbón, amable, ingenuo y cercano, que la imprevisible Leonor maquillada ya a los 12 años y con una actitud rígida y poco natural. ¿De dónde viene todo eso?
Su estreno en Oviedo, siguiendo el ejemplo de su padre, podría dotar a la princesa de Asturias de un protagonismo, en este caso positivo, después de el episodio de la catedral de Palma.
