Este martes ha saltado la bomba: un vídeo grabado el domingo en la catedral de Palma muestra el rifirrafe entre la mujer de Felipe VI y la Reina emérita, con la princesa Leonor y su hermana de por medio, a la salida de la misa de Pascua. La mala relación apunta a que el comportamiento de Letizia y su enfado se deben a que doña Sofía habría maniobrado para que este martes estuviera la infanta Cristina en el funeral de don Juan, en El Escorial.
Eso es al menos lo que dice la periodista Pilar Eyre, y se supone que el domingo Letizia ya era conocedora de estas supuestas maniobras. Lo cierto es que desde que estalló el caso Nóos la reina Letizia y Felipe VI marcaron distancia con la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin. No así Sofía, que se convirtió en uno de los grandes apoyos de su hija en aquel difícil trance. Esto no ha terminado de agradar a los Reyes, especialmente a Letizia, y ha hecho mella en la relación entre ambas. En febrero de 2017, el portal Hispanidad habló de un conflicto entre ambas tras la absolución de Cristina. Al parecer, la emérita pretendía que su hija recuperara el papel representativo e institucional que tenía antes del caso Nóos, pero Letizia no comulgaba con sus intenciones.
La esposa de Felipe VI no estaba dispuesta a que se produjera este tipo de solución, pues pensaba que afectaría seriamente a la corona. En su opinión, un castigo ejemplar ayudaba a lavar la imagen de la Institución, según aseguraba el medio.
Pero las razones que podrían distanciar a las dos reinas pueder ser otras:
Doña Sofía: "No me dejan ver a las niñas"
Quizás sea este el gran motivo de su complicada relación. Periodistas expertos en Casa Real como Jaime Peñafiel han coincidido en que la reina Sofía llora amargamente porque su nuera no le deja ver a la princesa Leonor y a la Infanta Sofía atnto como ella quisiera: "No sé ni cómo están. No las veo nunca. No me dejan verlas. Yo que vivo al lado no puedo ir a su casa", cuentan que dice la reina griega. Por contra, insinúan que la madre de Letizia, Paloma Rocasolano, sí puede ver a sus nietas siempre que lo desea, así como acceder al palacio.

El apoyo de Letizia a Marichalar
Hay que remontarse hasta 2007. En aquel momento, se anunciaba el "cese temporal de la convivencia" entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar. La Familia Real casi al completo se volcaba con la infanta Elena. Pero Letizia se puso en el lado de Jaime y este posicionamiento provocó un gran distanciamiento con su cuñada y también con su suegra, quien no llegó a entender su postura debido al concepto muy arraigado de familia que tiene. La amistad entre Letizia y Marichalar se prolongó durante años, con alguna que otra llamada de felicitación el día de sus respectivos cumpleaños.
La alimentación de las niñas
Para Letizia, la alimentación de sus hijas es un asunto capital. De hecho, incluso batalló para cambiar lo que se servía en el colegio Santa María de Los Rosales cuando comenzaron sus clases allí Leonor y Sofía. Pues bien, la emérita siempre se ha saltado esta pauta alimenticia con sus nietas. Como muchas abuelas, les daba dulces a escondidas de su madre.
Cuenta que en agosto de 2010, durante un verano en Mallorca, las pequeñas estaban con su abuela y el resto de la familia en el Club Náutico. En las mesas había una serie de empanadas que hacían las delicias de las niñas, quienes preferían no comerlo para no disgustar a su madre. Sofía, entonces, les dio un trozo a cada una y les dijo: "Comerlas fuera, que no se entere vuestra madre", cuentan testigos de aquel momento.