Según cuenta Amadeo Martínez Inglés, ex coronel del ejército condenado por injurias al Rey, el monarca habría tenido una vida sexual muy activa. Su biografía del emérito cuenta con qué mujeres mantenía relaciones íntimas y cuál supuso el distanciamiento definitivo con la reina Sofía.
Parece ser que Sofía de Grecia, Bárbara Rey o Corinna no han sido las únicas mujeres en la vida del rey emérito. Don Juan Carlos, que cumplirá los 80 en enero, habría tenido casi 5.000 amantes a lo largo de toda su vida según afirma Amadeo Martínez Inglés (71), un alto mando del ejército que se retiró en septiembre y que ahora publica un libro sobre la vida íntima del monarca español. "Las más bellas vedettes y las más espectaculares representantes del alto standing femenino español y extranjero pasaron por su cama de forma más o menos temporal, aunque tampoco despreció a féminas mucho más modestas", asegura en uno de los capítulos de la biografía.

La época dorada del rey, en lo que a sus aventuras amorosas se refiere, fue durante su estancia en la Academia General Militar de Zaragoza (entre 1955 y 1957). Según se afirma en el libro, "el cadete Juan Carlos aprovecha los fines de semana (los viernes y sábados pernocta fuera de la Academia) para acudir, con el pequeño grupo de cadetes vips que le acompañarán en casi todas sus salidas, a fiestas privadas donde practica sexo con amiguitas circunstanciales, preferentemente del amplio colectivo de jovencitas de la clase media alta de la sociedad zaragozana [...] También acude periódicamente el joven Borbón a hoteles de lujo de ciudades más o menos cercanas y, por supuesto, a establecimientos seleccionados de Zaragoza como el Gran Hotel de la capital maña (donde dispone de una suite de lujo pagada generosamente por su entorno protector militar) para relacionarse íntimamente, y a pesar de su edad, con mujeres hechas y derechas", ha escrito el ex coronel.
Tal y como narra el autor, el propio general Franco extendió una red de espías que vigilaron al rey en su juventud y elaboraron una serie de informes relativos a sus relaciones amorosas, donde se tuvo constancia en esa época de "332 encuentros sexuales registrados". A este periodo pertenece Liliane Sartiau: "La conoció en París en la primavera de 1956 y tras casi diez años de esporádicos encuentros, culminó con el embarazo de la joven y el nacimiento de su presunta hija, Ingrid, en 1966. Ingrid Sartiau, conocedora de la identidad de su padre biológico, promovería en el año 2012 su reconocimiento oficial como hija natural del monarca, llegando con su petición hasta el Tribunal Supremo de este país. [...]".
Los años vividos durante su época universitaria fueron los más intensos: "Se observa una mayor dedicación a su obsesión o adicción sexual en relación con la anterior", relataba el informe de un funcionario al que hace referencia Martínez en su libro. Pese a contraer matrimonio en 1962 con Sofía de Grecia, Juan Carlos I no logró reprimir su libido, siendo clave la "pillada" de su mujer con Sara Montiel, lo que supuso el distanciamiento total del matrimonio.


Casado y con hijos, el rey llegó a tener hasta 10 amantes a la vez, a las que veía en Madrid, Extremadura y Castilla-La Mancha.
Dentro del libro, se encuentra un capítulo entero dedicado a la historia pasional entre Juan Carlos y Bárbara Rey, a la que el autor califica como el mayor escándalo sexual de la monarquía borbónica, debido a las maniobras que tuvieron que hacer desde La Zarzuela y CESID para afrontar los supuestos chantajes de la artista.
La última amante cuasi reconocida del monarca ha sido Corinna zu Sayn-Wittgenstein, que ha estado presente en los círculos de la alta sociedad madrileña, así como en las comitivas reales de viajes de Estado.
Conviene recordar al personaje que escribe la biografía. El ex coronel Martínez Inglés, republicano declarado, se hizo famoso por reivindicar el ejército profesional cuando aún existía el servicio militar obligatorio, o por acudir de uniforme a una manifestación contra la guerra de Irak. Es el mismo que que fue interceptado por los equipos de seguridad intentando colarse de uniforme y sin invitación en la boda de Felipe y Letizia el 22 de mayo de 2004, en la catedral de la Almudena.
Pero su determinación para atacar a la Corona no acaba ahí: en 2005, Martínez Inglés elaboró un informe que envió al presidente del Congreso de los Diputados (Manuel Marín) para exigir una Comisión investigara la implicación de don Juan Carlos en el golpe fallido del 23 de febrero de 1981. La Justicia ya ha sentenciado a Martínez Inglés por atacar al monarca, en concreto por llamarle "putero". El ex coronel escribió del rey en estos términos: "El último representante en España de la banda de borrachos, puteros, idiotas, descerebrados, cabrones, ninfómanas, vagos y maleantes que, a lo largo de los siglos, han conformado la foránea estirpe real borbónica", decía en un artículo publicado en 2011. La Audiencia Nacional le condenó a doce meses de multa con cuota de 18 ? diarios después de considerar probado que cometió un delito de injurias graves contra la Corona. Se quedó en una multa de 6.480 ?.
También llamó "asesino" al rey cuando ya no era jefe del estado. Le señaló como responsable del disparo que acabó con la vida de su hermano, y solicitó a la Fiscalía General del Estado que investigara la responsabilidad del emérito.
