No pudo ser. Este jueves, padre e hijo estuvieron separados solo por 15 kilómetros. El emérito hizo todo lo posible para facilitar el encuentro, incluso se trasladó a O Grove a cenar para que la caravana de su hijo no tuviera que desviarse ni un metro de la ruta de vuelta a Madrid. Pero el rey Felipe no acudió junto a su padre, que compartía mariscada con su hermana Margarita y sus sobrinos, Alfonso y María Zurita.
Hubo llamadas, eso sí. Según Mariángel Alcázar, don Juan Carlos telefoneó a su hijo tras comer en el Club Náutico para invitarlo a cenar, pero el rey Felipe (que iba acompañado por su equipo y por la ministra de Justicia en funciones) le dijo que volvía directamente a Madrid: "Era un viaje exprés". Don Juan Carlos decidió acercarse todavía más (de Sanxenxo a O Grove) a La Toja para facilitar la reunión, pero su hijo cambió de planes: "El emérito elige ese restaurante para cenar con su hermana con la intención de que el rey pasara por allí. No fue una provocación, como dicen algunos. Solo quería ver a su hijo".

El encuentro tendrá que esperar. Concretamente, 33 días. El próximo 31 de octubre, la princesa Leonor cumple 18 años y jura la Constitución en las Cortes. Solo sus padres asistirán al acto institucional pero más tarde, tanto la familia Borbón como la Ortiz Rocasolano han sido invitadas a una fiesta privada en El Pardo. Está confirmada la asistencia del emérito y también de doña Sofía, no así la de los primos Marichalar, Victoria Federica y Froilán, que habrían rechazado la invitación de sus tíos.

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