Cuenta atrás para la firma del divorcio entre los ex duques de Palma. Año y medio después de haber anunciado su separación, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han logrado llegar a un acuerdo satisfactorio en el reparto de bienes y otros menesteres, como una pensión para él (los 25.000 euros que pedía en un primer momento han quedado finalmente en 5.000 mensuales) y una cláusula de confidencialidad que la protege a ella y al resto de la familia real.
El divorcio se firmará en Barcelona en las próximas semanas, el mismo lugar donde se casaron y donde carecen de importancia las capitulaciones matrimoniales, pues prevalece la separación de bienes, según la ley. Las necesidades económicas de sus cuatro hijos (Juan, Pablo, Miguel e Irene, todos mayores de edad) serán sufragadas por la infanta, aunque los estudios de todos ellos los pagará su padre, el emérito, como ha hecho hasta ahora con todos sus nietos, también los Marichalar.
La única propiedad que comparten a día de hoy es la casa de Bidart (el resto se vendió tras el escándalo del caos Noos). Hace unos días se publicó que se la quedaría Iñaki pero las nuevas informaciones, desveladas este jueves en Y ahora Sonsoles, apuntan a que se la repartirán al 50%, pues la infanta Cristina está muy unida a la familia Urdangarin y no quiere dejar de visitarles.
Iñaki, que vive en Vitoria con su madre, percibirá una mensualidad de 5.000 euros por parte de su ex mujer, pues ahora apenas puede mantenerse con el ingreso mínimo vital de 463 euros que cobra como subsidio de preso en libertad. Además, según han afirmado en el citado programa, Ainhoa Armentia ha quedado fuera de la negociación: no existen cláusulas que prohíban encuentros entre la novia y los hijos ni tampoco cambiarían las condiciones del divorcio en caso de que Iñaki contraiga matrimonio de nuevo.
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