Arranca el Campeonato del Mundo de vela en la isla de Wight con la presencia del Bribón español y un tripulante de lujo: don Juan Carlos. A sus 85 presume de buena forma física tras haber perdido 15 kilos para solventar parte de sus problemas de movilidad y este viernes ha participado en el primer entrenamiento del equipo con el mejor ánimo: "Hemos venido a ganar".
El padre del rey Felipe se ha dejado los silencios y la discreción en Sanxenxo, donde recibe instrucciones para no armar demasiado revuelo, y está mostrando su cara más simpática y relajada en Reino Unido. Incluso ha atendido a la prensa a su llegada al puerto: "Abrigaros bien porque aquí no hace el sol de Marbella", le ha dicho a los periodistas. "Hoy no hay mucho viento, eso está bien".

"Ha vuelto el rey campechano", dicen en su entorno. Y es que el emérito es uno más estos días en la tripulación del Bribón, donde adaptaron su asiento para su comodidad. Tras la jornada de vela, ha llegado a puerto con una espléndida sonrisa y ha participado de los aplausos del equipo felicitando a todos: "¡Bravo! ¡Bravo!". Su asistente, que le esperaba con su fiel bastón, le ha ofrecido también un termo caliente para que entrara en calor y don Juan Carlos ha disfrutado de su recompensa con gusto. Al bajar, ha asegurado que el entrenamiento había ido "muy bien" y ha ofrecido uno de los titulares del verano cuando uno de los reporteros preguntaba si volvería a España para quedarse: "Seguro".
No muy lejos andaba su hija Elena. La infanta viajó este jueves a la isla de Wight para acompañar a su padre, como ya hiciera el pasado mes de agosto en Sanxenxo, y este viernes la hemos visto siguiendo el entrenamiento de los españoles desde el barco de apoyo. La hermana del rey se ha convertido en la mejor compañía de su padre en esta última etapa de su vida. "Estoy muy bien acompañado con mi hija y todos mis amigos", ha dicho.