Bailes, coreografías, risas y samba. Así fue la sonada experiencia de los Reyes de Holanda y su hija Amalia de Orange en el carnaval de Aruba. Máxima, con un vestizado estampado de flores de Johanna Ortiz, compuso pareja de danza con un bailarín. Su marido, Guillermo, estallaba a carcajadas en pleno baile. Su hija, Amalia, algo más tímida, también se unió al show. Ha sido durante el viaje oficial de los Reyes de Países Bajos por El Caribe.
Para Amalia, de 19 años, este recorrido supone su estreno en la agenda internacional. Un intenso y largo viaje que arrancó el día 27 en Bonair y que les ha llevado a Aruba. Después, harán escala en Sint Maarten (San Martín) y en Curaçao.
La princesa va arropada por sus padres, quienes van compartiendo en sus redes oficiales el álbum de fotos de una visita que llega ensombrecida por el pasado colonial de Holanda y por el esclavismo en las islas de ultramar.
La visita a Aruba tuvo como fin de fiesta el Festival Bon Bini, en Oranjestad, la capital de la isla holandesa. A lo largo del desfile, por la Plaza Padú, los Reyes y la princesa de Orange conocieron los productos locales y disfrutaron de las actuaciones musicales. Para concluir, se unieron al "espectáculo folclórico con música y bailes caribeños que muestran la cultura y la historia de Aruba", tal y como señalan en sus redes. Surgió entonces el momento carnaval, con el desmelene del baile. La reina demostró que tiene un altísimo sentido del ritmo y que se defiende con la samba con toda naturalidad.