No es un secreto que don Juan Carlos mantiene una excelente y estrecha relación con la monarquía catarí. Prueba de ello es que el emérito ha compartido palco con el emir Tamim bin Hamad Al Thani durante una carrera de Fórmula 1 que se ha celebrado en Riad, Arabia Saudí, este sábado. 

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A la misma cita acudió Muhammad bin Salman Al-Saud, Príncipe Heredero de Arabia Saudí, tal y como hemos podido comprobar en unas fotografías compartidas por el Gobierno de Qatar en su perfil oficial de redes sociales. 

El jeque Tamim bin Hamad Al Thani es el tercer hijo del Jeque Hamad bin Jalifa Al Thani, y el segundo hijo de la Jequesa Moza bint Nasser al-Missned, la segunda esposa de Hamad. Se calcula que la fortuna de la familia real catarí supera los 450.000 millones de euros. Incluye grandes inversiones en firmas como Barclays Bank, British Airways, Volkswagen, Harrods o El Corte Inglés.

Su enorme fortuna es de tal importancia que las relaciones con otros jefes de Estado son imprescindibles. En mayo de 2022, Felipe VI y doña Letizia recibieron al emir catarí y su mujer, la jequesa Jawaler, en el Palacio Real con todos los honores y distinciones. No pasaron desapercibidos los gestos de cariño y las sonrisas que se intercambiaron. 

En este contexto, esta semana ha trascendido que Juan Carlos I ha decidido trasladar su domicilio fiscal a Emiratos Árabes, donde reside desde agosto de 2020. Esto significa que este año no hará la declaración de la renta en nuestro país sobre el ejercicio de 2022, sino que tributará desde su residencia en Abu Dabi. Los Emiratos Árabes ofrece al abuelo de Leonor y Sofía una política fiscal muy favorable. Para empezar no existe el IRPF (impuesto sobre la renta de las personas físicas). Esto significa que las personas activas reciben su salario libre de impuestos. El sueldo bruto es el sueldo neto. Tampoco existe del impuesto de sociedades, excepto en algunos casos como empresas petroleras y bancos extranjeros.

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