Al gobierno balear le cuesta al año mantener el palacio de Marivent un millón de euros aproximadamente. Tiempo atrás, esa partida ascendía a 1.700.000 euros, pero fue recortada hasta la cifra actual.
En Mallorca hay un consenso muy amplio sobre esta mansión, destinada a las vacaciones veraniegas de la Familia Real, y muy poco utilizada en relación a lo que cuesta mantenerlo. Los partidos republicanos y nacionalistas de izquierda, que gobiernan en las islas en coalición con los socialistas, van más lejos y piden con insistencia que Marivent se devuelva a los mallorquines y deje de servir para uso y disfrute del Rey y sus familiares.
Por su parte, hay un sentimiento en la sociedad en general, según la cual los escasos diez días de verano que pasan Felipe VI, Letizia y sus hijas la princesa Leonor y la infanta Sofía en la isla no justifican que el palacio esté reservado y mantenido para ellos, como si vivieran todo el año. Solamente doña Sofía, disfruta más que los reyes, del bello recinto a las afueras de Palma.
Todavía no hay reacción entre estos sectores críticos a la noticia de que Patrimonio Nacional va a sacar a concurso, las nuevas tareas de limpieza del palacio por un valor de 121.000 euros. Una operación que la empresa privada que se lleve el concurso deberá realizar en once meses. Los primeros comentarios a esta noticia, son entre irónicos y jocosos, en torno al precio de lo que cuesta limpiar una residencia familiar.
Lo llamativo para algunos es la gran cantidad de dinero público que se gasta cada año en mantener impecable una mansión que sólo se habita unos pocos días en verano, en el caso de los reyes, y dos semanas más, por la reina emérita.
El año pasado, se destinaron al arreglo y barnizado de muebles, 2.299 euros y a la puesta a punto de las piscinas, más de más de 45.000 euros para poco más de una semana de estancia.

Vuelve a cuestionarse la escasa relación de los reyes actuales con la isla. En la prensa local ya se debatía este varano sobre si no es el momento de que el palacio de Marivent vuelva a ser de utilidad pública como así lo dispuso su dueño primitivo, el mecenas griego Juan Saridakis. La viuda de este coleccionista enamorado de Mallorca, cumpliendo los deseos de su marido, dejó en su testamento que Marivent fuera un museo abierto a todo el que quisiera visitar sus obras de arte y sus jardines.

Pero, en 1973, la diputación de Mallorca, contra la opinión de los herederos de Saridakis, decidió que el palacio, sería la residencia veraniega de la Familia Real, argumentando que sería algo muy positivo para la imagen, el turismo y la economía de Mallorca. Juan Carlos de Borbón y Borbón supo entender el mensaje y en su nueva residencia de verano recibió a Hassan II de Marruecos, a Isabel II, a Carlos y Diana de Gales, Bill Clinton, el checo Václav Havel, Jimmy Carter, Georges Bush, Mijail Gorbachov o Hussein de Jordania. Aquellos encuentros ocuparon las portadas de la prensa de todo el mundo y situaron a Mallorca en el mapa político y social internacional, además de beneficiar las relaciones exteriores de España en todos los sentidos.

La actividad de Marivent en tiempos de Juan Carlos I era mucho más intensa y ahota se habla de apagón del palacio en el reinado de Felipe VI. Los reyes actuales no reciben a dignatarios extranjeros y no utilizan esta residencia como plataforma para las relaciones públicas de España y la Corona. Por otra parte, parece que tampoco Marivent gusta a los reyes para sus vacaciones estivales. Felipe, Letizia y sus hijas nunca han pasado más de diez días en su residencia de Palma. En 2017, solamente 8 días.

En el recinto de Marvient está además del palacio Son Vent, antigua casona militar, convertida en residencia privada para el entonces príncipe Felipe, con piscina propia, además de otras casas, acondicionadas en su momento para las infantas Elena y Cristina y su familias, que apenas han vuelto a pisar.