El emérito abandonará su retiro dorado en Abu Dabi el próximo 9 de febrero y hará las maletas para pasar unos días en París. ¿El motivo? Su gran amigo, Mario Vargas Llosa, le ha invitado a la ceremonia de acceso a la Academia Francesa, un acto de especial importancia para el Nobel (primer latinoamericano en conseguirlo) y que don Juan Carlos no está dispuesto a perderse.
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No acudirá solo, pues en la lista de invitados confirmados también figura la infanta Elena, tal y como el propio Vargas Llosa ha desvelado en El País. Así, padre e hija reaparecerán juntos después de ser vistos durante las exequias de Constantino de Grecia, el pasado 16 de enero, en las que quedó patente que los problemas de salud y movilidad del emérito se han agravado a sus 85 años.

La amistad entre don Juan Carlos y el ex novio de Isabel Preysler se remonta varias décadas. El escritor peruano obtuvo la nacionalidad española en 1993 y el entonces rey fue la primera persona a la que llamó para comunicárselo. Más tarde, en 2011, el padre de Felipe VI creó el marquesado de Vargas Llosa, un título nobiliario para reconocer la labor cultural del escritor, que también fue agasajado con un Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986) y un Premio Cervantes (1994).
