El monarca ha prohibido que se sirva el foie de pato o de oca en la mesa del Palacio de Buckingham, según ha anunciado la organización PETA en defensa del bienestar animal. Esta decisión, que forma parte de su hoja de ruta en defensa del medio ambiente y la sostenibilidad, no solo afecta a su residencia emblemática, sino también a Balmoral, Windsor, Hillsborough y Sandringham.

Este gesto eco de Carlos III se hace efectivo este martes 22 de noviembre, cuando el rey reciba en su palacio de Londres al presidente de Sudáfrica Cyril Ramaphosa y su mujer, la primera dama, Tshepo Motsepe. El soberano y la reina consorte, Camilla, ofrecerán al mandatario y a su esposa una cena de gala, en la que quedará excluido del menú el hígado de oca o de pato.

Los valores eco sostenibles del hijo de Isabel II en defensa de los derechos de los animales y del medio ambiente son conocidos en todo el mundo desde hace varias décadas. Pionero y avanzado en su generación, el rey ha tomado esta decisión después de haber mostrado su rechado a este producto por la crueldad que supone alimentar de forma forzosa a las aves para cebarlas y engordar su hígado.

La vicepresidenta de PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) Elisa Allen lanzó el deseo de que ojalá más personas tomen también esta decisión "y excluyan el foie gras de sus menús y sus comidas de Navidad". "Puedo confirmar que la Casa Real no compra ni sirve foie en ninguna de sus residencias", ha anunciado el vicealmirante Sir Charles Anthony Johnstone-Burt, de la Royal Navy y jefe de la Casa Real, publica la BBC.

La ley prohíbe en Reino Unido producir este foie, pero no prohíbe importarlo. PETA, además, ha comenzado una campaña para que Carlos III, en la ceremonia de coronación, que tendrá lugar en 2023, use piel sintética en lugar de piel de armiño en su traje, según la BBC.

Francia, Hungría, España, Bulgaria y Bélgica son productores de foie, publica PETA.

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