Ainhoa Armentia cumple 44 años y tiene mucho que celebrar. Parre de la familia de la vasca e Iñaki Urdangarin, ya como su novio oficial, estarán junto a la mujer que pasó del anonimato más absoluto a abrir los telediarios de aquel 19 de enero de 2022. En estos diez meses, la trabajadora de un despacho de abogados de Vitoria ha pasado de ser una desconocida, casada y con dos hijos, a la amante del marido de la infanta Cristina.
Tras publicarse las primeras fotografías de Iñaki y Ainhoa, ella dejó su domicilio conyugal, donde vivía con su marido y sus dos hijos, y se fue a casa de su padre. Se separó de su esposo, con quien ya estaba en crisis desde hacía tiempo. Armentia tenía redes sociales que nos dieron pistas sobre cómo era, y averiguamos que es aficionada a deportes como correr, salir a la montaña, que practica yoga o que tiene un apartamento en Alicante.
Hace ahora doce meses, Ainhoa Armentia cumplía 43 años, lo celebraba junto a sus compañeros de trabajo, incluido Iñaki Urdangarin, y después volvía a hacerlo en su casa de Vitoria, junto al padre de sus dos hijos. Sin embargo, Urdangarin y Ainhoa Armentia ya habían pasado unos días en Biarritz, en la costa vasco-francesa, sin duda creyendo que no iban a ser descubiertos. Aquella cena romántica fue grabada y fotografiada. Y todo cambió. Quién no recuerda a Iñaki leyendo la carta del restaurante, con las gafas de cerca; y a Ainhoa con su jersey de cuello cisne verde y la copa de vino en la mesa.

Un mes antes de la escena de Biarritz, Urdangarin iba de marido perfecto paseado por las calles de Barcelona de la mano de su mujer. Luego nos repitieron hasta el empalago las escenas de ella entrando y saliendo del despacho de abogados Imaz&co, donde trabajaba con Iñaki Urdangarin.
De ser una persona alejada de la fama pasó a ser investigada por los medios, que buscamos quién era, a qué se dedicaba, cómo era su vida, desde cuándo estaba relacionada con Iñaki Urdangarin, el ex duque de Palma, que estaba siendo infiel a su mujer, la infanta Cristina, mientras afrontaba su tercer grado penitenciario en el domicilio materno, en Vitoria.

Si el escándalo de la condena a más de cinco años de cárcel del yerno de Juan Carlos I, y el posterior ingreso en prisión, fue un varapalo sin precedentes para la imagen de la Casa Real, la constatación de la infidelidad del cuñado de Felipe VI a doña Cristina causó un terremoto mediático de escala nacional. La aparición de las fotografías de Urdangarin en actitud cariñosa con una mujer que no era la suya dio paso a la separación de un matrimonio, el de Cristina e Iñaki, que había aguantado de todo, contra viento y marea, durante el Caso Nóos, el banquillo, el juicio y todo el proceso, incluyendo la estancia en la cárcel del ex jugador de balonmano.
Sin embargo, el escándalo no dio al traste con la historia de amor de Iñaki y Ainhoa, que siguen juntos por encima de todo, por la sencilla razón de que se enamoraron y su pasión se impone frente a todo: la presión mediática, sus anteriores parejas, sus hijos y su complicada situación económica. Iñaki y Ainhoa se aman y van a por todas. Ella se separó de inmediato y el ex duque de Palma empezó a hablar de su divorcio con la hermana de Felipe VI. Casi un año después, aún no ha llegado el papel que certifica el final de su matrimonio. Las cosas de palacio van despacio.