El presidente croata, Zoran Milanovic, y su esposa, Sanja Music, han ofrecido este miércoles una cena en el Palacio Presidencial de Zagreb en honor a sus invitados, el rey Felipe y la reina Letizia. Sus Majestades aterrizaron en Croacia a medio día y tras un solemne recibimiento y una ofrenda floral al monumento de la Patria, alzarán las copas para celebrar el 30º aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
Lea también - Felipe VI y Letizia aterrizan en Croacia en su primera visita al país: detalles de su agenda

Se trata de la primera visita oficial que los reyes hacen al país balcánico, que los ha recibido con los brazos abiertos. Doña Letizia, que lució a su llegada un sobrio vestido verde botella que estrenó en el funeral del duque de Edimburgo, ha repetido también vestido en la cena de gala. Se trata del vestido joya de Bouret que estrenó en los Premios Princesa de Girona, un diseño en color marino, de falda recta y de largo midi realizado en crepé con escote asimétrico y cordón joya cuyo precio alcanza los 450 euros.

En esta ocasión, lo ha combinado con una pulsera de oro blanco, diamantes y zafiros, y unos pendientes oro blanco y diamantes en talla brillante y baguette del joyero de doña Sofía, que recibió como regalo del sultán de Omán en la década de los 80.

El rey Felipe ha pronunciado un sentido discurso antes de comenzar la velada: "La reina y yo queremos transmitir nuevamente todo nuestro apoyo a la sociedad croata por los terremotos sufridos en el año 2020; los efectos aquí en Zagreb, como hemos comprobado, todavía son visibles", ha dicho. "Nuestros dos países en el seno de la ONU, de la OTAN o de la UE han respondido con decisión y firmeza ante la violación del derecho internacional ante la Guerra de Ucrania. Estoy convencido que en el futuro próximo estas líneas comunes darán a cabo una relación próspera y fructífera en la relación del Báltico y el Mediterráneo", ha rematado, alzando su copa y brindando con la reina y sus anfitriones.

Cerca de 80 invitados han disfrutado de una agradable velada con un menú tradicional croata: canelón de atún con foie-gras, rodaballo confitado con ñoquis de sémola y un bizcocho tradicional de la repostería croata que tiene entre sus ingredientes cacao y crema.