Pablo Urdangarin (21) y Froilán de Marichalar (24) tienen una cosa en común: son mediáticos. Pero lo son por dos contextos muy distintos, mientras que el segundo es conocido por sus polémicas salidas nocturnas, el primero lo es por su ascendente carrera deportiva.
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El segundo hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin ha seguido los pasos de su padre y está comprometido con el balonmano. Al igual que el exduque de Palma, viste la camiseta blaugrana, aunque él con el número 77 a la espalda (Iñaki llevaba el 7).
"Tengo el ejemplo, tengo muchos consejos cada día, me ayuda con todo. Tenerle ahí cada día para preguntarle cualquier cosa y hablar de balonmano me ayuda mucho y lo aprovecho cuando estoy jugando", confesaba hace unos meses para las cámaras del Barça TV.
Su carrera deportiva comenzó en 2018. Con 17 años se fue a Alemania, donde defendió la camiseta del TSV Hannover-Burgdorf (en Hannover). Un año después, el nieto de los reyes eméritos fichó por el HBC Nantes (en Nantes, Francia). Tras el parón en las competiciones durante los primeros meses de la pandemia, en 2020, Pablo se unió al Barcelona en verano. Fichó por el club en la categoría B y estuvo entrenando, pero sin ficha por estar completa la platilla.
Debutó con el primer equipo, en el Palau Blaugrana, el 24 de octubre del año pasado, ante el Bada Huesca y salió triunfante con tres goles. Un día que la familia marcó en el calendario para no olvidar. Tanto la hermana de Felipe VI como el novio de Ainhoa Armentia le apoyaron desde las gradas.
Hasta hace poco, Pablo vivía en un piso tutelado de la Masía, donde residen los canteranos del club que tienen un nivel prometedor de cara al futuro. No obstante, El Confidencial asegura que se ha mudado a un dúplex de alquiler en Sant Joan Despí junto a dos amigos.
Tal y como él ha contado, compagina los entrenamientos y los partidos con sus estudios universitarios tras finalizar su etapa en el Liceo Francés de Barcelona, por el que pasaron alguno de sus hermanos. El nieto de don Juan Carlos estudia una carrera de Sport Management en la universidad Europea de Barcelona.
"Es una carrera que empecé en Nantes y que pude seguir estudiando cuando me mudé a Barcelona. Si lo traduzco al español, es como administración de empresa pero relacionado con el deporte. Tienes varias asignaturas que son muy parecidas a las que puede hacer un estudiante de ADE pero más relacionado con el deporte", explicó en canal del club catalán.
Y tiene clara la importancia de formarse académicamente, algo que le han inculcado sus padres. "Yo he podido aprender mucho de mis padres. Mi padre, por ejemplo, también ha sido deportista y ha tenido que estudiar a la vez que jugaba Y siempre he tenido a mis padres diciéndome que es muy importante porque nunca sabes cuándo puede pasar algo o cuándo se te puede acabar la carrera deportiva".
A principios de año se ganó también la simpatía de la gente tras dar la cara ante los medios de comunicación después de las fotografías de su padre paseando de la mano con otra mujer que no era su madre. "Todos estamos tranquilos y nos vamos a querer igual. Son cosas que pasan y lo hablaremos entre nosotros. No estoy seguro de que mi madre lo supiera. Lo tendremos que hablar en algún momento y lo averiguaremos poco a poco y ya está".
En general los cuatro hijos de Cristina e Iñaki podrían considerarse un ejemplo a seguir, sobre todo para sus primos. Juan, Pablo, Miguel e Irene, jamás han dado que hablar, mantienen un perfil bajo, no se meten en líos y, además, demuestran una educación basada en la serenidad y el respeto.
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