La estancia de los reyes, Leonor y Sofía, para la entrega de los Premios Princesa de Asturias, ha estado rematada por la indisposición de la princesa y la infanta, aunque, tanto la ceremonia en el teatro Campoamor, como las intervenciones de los premiados, del rey y de la propia Leonor, han sido muy brillantes y muy aplaudidas.
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Al día siguiente de la ceremonia, la Familia Real, casi al completo, visitó Cadavedo, premiado este año como pueblo ejemplar y allí llamó la atención la ausencia de la infanta Sofía. Con naturalidad y sin ocultar los motivos, se dio a conocer que la hija menor de los reyes tenía una gastroenteritis y se había quedado en el hotel Reconquista de Oviedo tratando de remediar su malestar.
Leonor hizo la visita al pueblo con sus padres pero, a medida que recorrían la localidad cercana a Luarca y se iban deteniendo en distintos puntos del precioso pueblo asturiano, se la veía cada vez más pálida, aunque mantenía su compostura. Hasta que, visitando una casa, no pudo contener las nauseas y pidió ir al baño. Ya no pudo más y tuvo que regresar a la capital del Principado, al hotel donde también estaba pasando un mal rato su hermana Sofía.

Letizia leyó el discurso de su hija en su lugar y lo hizo con la naturalidad de su profesión de periodista y presentadora. "Cualquiera puede tener una gastroenteritis, no pasa nada", dijo la reina a la gente del pueblo. Letizia prometió que volverían todos juntos a Cadavedo para completar esa visita inacabada por parte de sus hijas.
Los reyes almorzaron en Cadavedo y emprendieron rumbo al aeropuerto a las cuatro y media de la tarde. Leonor y Sofía habían volado antes que sus padres, aparte de que padre e hijas, viajan siempre en aviones separados, en previsión de cualquier accidente que pueda afectar a la sucesión, su malestar hizo que quisieran irse a Madrid para cuidarse en su casa.
La opinión de un médico asturiano que siguió de cerca la estancia de los reyes en Oviedo es que la gastroenteritis de Leonor y Sofía se ha debido a un virus que seguramente les afectaba ya desde días antes. La princesa y su hermana comieron lo mismo que todo el mundo en Oviedo y nadie se puso en enfermo. Probaron tanto el bufé que se sirve horas antes de la entrega, como el cóctel posterior a la ceremonia, al que acudieron unas 1000 personas y en el que dieron la mano a multitud de asistentes, de manera que no pudieron degustar nada de lo que estaban sirviendo.
"Cosas que le pasan a cualquiera, que diría Letizia". Leonor se queda estos días en Madrid, por el puente de Todos los Santos, antes de regresar a su colegio de Gales y seguramente se recuperará a tiempo, para encontrarse con todos los amigos que tenía previsto.
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