Los reyes Felipe VI y Letizia, acompañados por el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, han presidido el acto de entrega del Premio al Pueblo ejemplar de Asturias a Cadavedo con la ausencia de Leonor. Pese a que la princesa ha llegado con sus padres muy sonriente la mañana de este domingo a la localidad valdesana, un rato después se ha tenido que marchar al hotel de Oviedo en el que se alojan porque se ha sentido indispuesta, al igual que su hermana Sofía.
En su lugar, doña Letizia ha tomado la palabra: "En este escenario tenían que estar Leonor y Sofía. Las echamos de menos. Sofía ha pasado mala noche. Leonor ha hecho un esfuerzo pero se encontraba regular al levantarse. Es una gastroenteritis, algo les sentó mal. Tenemos que volver a Cadavedo con ellas dos".

En el discurso leído por su madre, Leonor ha destacado cómo en Cadavéu se conservan las tradiciones combinadas con una economía sostenible. Una situación que ha llevado a la parroquia a aumentar los servicios y diversificarse "hasta lograr algo tan difícil en las zonas rurales como que la escuela siga muy viva y, cada vez, con más alumnos matriculados". Así, ha agradecido la acogida y poder conocer "el espíritu generoso que está en el corazón de los asturianos".
"Todos hemos tenido gastroenteritis alguna vez, no pasa nada", ha finalizado la Reina tras leer el discurso en nombre de su hija. Gaiteros tocando el himno de Asturias han marcado el fin del acto.

La Regalina, el hórreo en los acantilados cantábricos y la rapa
La visita de los Reyes a Cadavedo se ha visto trastocada por la ausencia de Sofía y la baja sobrevenida de Leonor, que a mitad de recorrido se ha encontrado mal y ha tenido que abandonar el paseo.
Hasta ese momento, la familia real ha caminado entre las casonas de teja y pizarra de la parroquia valdesana de Cadavedo. Los 89 hórreos, 34 paneras, molinos, fuentes, lavaderos y puentes componen un paisaje fotográfico único, con una marcada herencia de la arquitectura indiana por la migración a América. Hemos visto esta huella en la Casa Roja, la Casa Rico, el chalé de Juan de Caborno o Villa Hilda.
Tras un encuentro con los vecinos de más edad, el monarca y su mujer se han dirigido a la Casa natal del Padre Galo, convertida en casa de cultura y futura sede del centro de traducción al asturiano. El Padre Galo es el promotor de la ermita.
Además, han tenido la oportunidad de probar la rapa, muy típica de la zona, con harina de centeno y maíz y chorizo; también, muy tradicional, la alfilada (un bollo de Pascua dulce).
Sin Leonor, don Felipe y doña Letizia han conocido de cerca el significado simbólico que tiene para este pueblo valdesano la romería de La Regalina, considerada de Interés Turístico Regional. Con 90 años de historia, se celebra en el campo verde de La Garita el último domingo de agosto. La Sociedad Popular, Cultural y Recreativa de La Regalina se constituyó en 1953 para gestionar este legado, que tienen su sede en el antiguo casino rehabilitado. Además, el hórreo de La Regalina, frente al acantilado del Cantábrico, es todo un símbolo del pueblo, que fue salvado en 2021 gracias a la movilización ciudadana tras un grave desprendimiento. Los Reyes han posado delante del hórreo bajo una manta de agua. La lluvia ha vuelto a ser nuestra compañera de viaje.
El fin de fiesta, la comida campestre de los monarcas con los vecinos. Ha tenido lugar en la carpa situada frente a la sidrería La Torre. 21 mesas y una presidencial vestidas de blanco y azul Principado. Empanada, queso, chorizo, bollos preñaos y cazuelinas de fabada, todo regado con rioja crianza del 2018 viña Cumbrero.