Gaitas, balcones azules y aplausos. Oviedo se vuelca en su fiesta. La capital del Principado acoge este viernes 28 de octubre la 42º edición de los Premios Princesa de Asturias y lo hace a lo grande. Con el brillo de la normalidad postpandemia. La música de los gaiteros me sirve de guía para llegar al teatro. En Oviedo, hoy, todos los caminos conducen al Campoamor.
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El teatro se ha convertido por un día en el epicentro mediático del país. Se ha formado un pasillo que une el Hotel de la Reconquista con el teatro. 25 bandas, grupos folclóricos y pasacalles arropan a la caravana real. Invitados y premiados han accedido al interior al compás de la fanfarria Ayres for cornetts and sagbuts, de John Adson. Está todo medido al milímetro.
Las cámaras apuntan a los dos coches de la familia real. Son las 18:30 h. Avanza despacio el vehículo en el que viajan Felipe VI y doña Letizia. Llevan el guion rojo. Detrás, con guion azul, van sus hijas. En un tercer coche llega la reina doña Sofía. Con la mano derecha, han saludado a vecinos y visitantes. Sonrisas y miradas. En unos segundos se han colocado para el tradicional posado familiar. Por fin ya un retrato oficial en Oviedo sin las FFP2.

Los medios estamos en la zona habilitada para la prensa en el teatro. Principal, impares. Palco 11. Los primeros aplausos en el patio de butacas siempre son para la reina Sofía. Pero este año han entrado todos casi en sincronía: la madre de Felipe VI ha ocupado su palco de honor, al tiempo que este, doña Letizia y sus hijas han recorrido los 79 metros de pasillo azulado que conecta la Plaza de Escandalera con el escenario del coliseo ovetense. Han sido 1:17 segundos de aplausos. Leonor caminaba junto a su hermana. Llevaba el paso con seguridad. Estaba muy contenta. Ha brillado con un vestido de paillettes de cuello redondo y manga ligeramente abullonada firmado por Michael Kors (550 euros, ahora rebajado a 220), que han adaptado para la ocasión alargando el bajo casi hasta la rodilla.

Antes de subir al escenario, la Reina ha saludado con la mano a su madre, Paloma Rocasolano, que ocupa la butaca de pasillo de la fila 6. Paloma se ha emocionado mucho, "como cualquier abuela", ha dicho más tarde, ya en la salida.
La Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo y la Banda de Gaitas Vetusta han interpretado el himno de España. El rey, de forma solemne, ha declarado abierto el acto.
