Roto, con la mira perdida y lloroso. El repudiado príncipe Andrés ha caminado junto a sus hermanos, Carlos III, Ana y Eduardo, en el trayecto que separaba Westminster Hall de la Abadía de Westminster. Todos los hijos de la soberana iban vestidos de uniforme militar, con sus honores, excepto el duque de York, que iba de civil, con un traje oscuro, camisa blanca y corbata negra.
El recién proclamado rey encabezaba el cortejo fúnebre, junto a sus hermanos y sus hijos, Guillermo y Harry. El duque de Sussex también ha vestido un traje de civil.
Andrés ha entrado el último en la abadía. Llevaba la cabeza agachada y miraba al suelo. Pese a que el viernes pasado pudo lucir su uniforme en una vigilia por su madre, en el funeral de Estado no ha llevado sus galas militares.

Su madre le despojó en enero de sus títulos y de sus honores militares por su conexión con el caso Epstein. La oscura amistad del duque de York con el magnate pedófilo le pasó una alta factura, por la que tuvo que pagar, en concepto de donación, unos 14 millones de euros a Virginia Giuffre. Con este acuerdo extra judicial, el duque paraba el proceso por el que la demandante le había acusado de haber abusado sexualmente de ella cuando era una menor de edad.