La reina Isabel II dejó muy en alto los estándares de cómo ganarse el respeto y el cariño de su pueblo. Al sucederle su hijo Carlos, infinitamente menos popular que la monarca, la incertidumbre en Reino Unido crece cada día. Sobre todo, después de los polémicos gestos del proclamado nuevo rey, que han dado la vuelta al mundo.
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Por este motivo, el padre del príncipe Guillermo y Harry sabe que las decisiones que tome en estos días serán cruciales y darán forma a la nueva etapa de la monarquía británica.

"El rey, cuya madre fue venerada por su papel en la unificación de naciones y comunidades, toma el timón en un momento de descontento entre los 14 reinos británicos por el papel de la monarquía en la trata de esclavos y en medio de las crecientes peticiones de reparación del daño", señala el periodista Russell Myers en The Mirror.
El citado medio inglés asegura que el marido de Camilla Parker-Bowles, reina consorte, es consiente de su responsabilidad de ser "un gobernante moderno en un mundo cambiante". Sin embargo, "sigue preocupando si será capaz de cambiar su reputación de haberse entrometido anteriormente en asuntos de Estado".

En 2015, Carlos III enfrentó una gran polémica por los llamados 'memos de la araña negra', unas cartas que escribió a los ministros a lo largo de los años, presuntamente tratando de presionarlos de una u otra manera sobre la guerra de Irak, entre otros asuntos. No obstante, defendió que solo estaba planteando "cuestiones de interés público y tratando de encontrar formas prácticas de abordar los problemas".
Más reciente fueron las "bolsas de dinero", concretamente 2,6 millones de libras esterlinas, que aceptó en forma de "donación" del ex primer ministro de Qatar, el jeque Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani, lo que tuvo a Carlos en el punto de mira. Pero Clarence House, su residencia oficial, insistió en que la donación se manejó de forma apropiada.
El pasado lunes, 12 de septiembre, Carlos III dio su primer discurso ante los miembros del Parlamento británico a quienes les prometió reinar de forma "desinteresada" como lo hizo su madre, y con respeto "a los principios constitucionales". Ahora, todo está por ver.

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