Muy pocos saben cómo llamaba cariñosamente Felipe de Edimburgo a su esposa, la reina Isabel II, en la intimidad. El duque se dirigía a su mujer, fallecida este jueves 8 de septiembre, con el mote de "repollo", un apelativo que no parece ser muy cariñoso. Pero no sabemos el porqué de un mote tan extraño.
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En su única visita oficial a España, en octubre de 1988, la soberana visitó Madrid, Barcelona, Sevilla y San Lorenzo de El Escorial. Un miembro, ya jubilado, del equipo de seguridad de nuestros reyes, nos cuenta que "el duque sí que llamaba repollo a su esposa cuando pensaban que no les escuchaba nadie", explica.

"Recuerdo que él era mucho más simpático que ella. En los Reales Alcázares de Sevilla, el consorte se puso a tocar las castañuelas mientras asistían a un espectáculo flamenco, y la reina le miraba con cara de extrañeza. Se notaba que a Isabel II no le hacía mucha gracia el flamenco". Evidentemente, el duque utilizaba la palabra cabbage, que es como se dice repollo en inglés.

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