Como anticipábamos hace unas semanas, Juan Carlos no regresará esta semana a España para participar en las regatas de Sanxenxo, aunque ésa era su intención inicial. Tras la conversación que mantuvo con su hijo, el Emérito replegó velas y obedeció a Felipe VI, que le explicó los efectos colaterales de la exhibición y ostentación mediática exhibidas en el primer viaje del ex monarca a su país tras casi dos años. Pedro Sánchez tampoco quiere al rey emérito paseándose por Galicia entre aplausos y tiene un plan.
El baño de multitudes de Sanxenxo no ayudó precisamente a fortalecer la imagen de la institución. Felipe VI, frente a los excesos de su padre, lleva a rajatabla el concepto de la ejemplaridad en la monarquía, tal y como ha mantenido desde que asumió la jefatura del Estado.
En ese sentido, el rey Juan Carlos ha sido receptivo ante las indicaciones de su hijo y finalmente no regresa a ahora a Galicia, como habíamos avanzado y confirmó este martes Pedro Campos. Además, Zarzuela ha pedido al Emérito que en los próximos viajes actúe con discreción, de forma privada y sin llevar tras de sí nubes de fotógrafos y gentíos aplaudiendo sus andanzas.
Pero este miércoles además hemos sabido que hay o puede haber otro motivo para la cancelación de este viaje inicialmente programado por don Juan Carlos: la Agencia Tributaria investiga al anterior jefe del Estado por regalos de gran cuantía vinculados a cacerías entre los años 2014 y 2018, es decir, el periodo posterior a su abdicación en junio de 2014, cuando ya no le amparaba la inviolabilidad. Según publica El Mundo este miércoles, Hacienda le requiere en esta ocasión para que justifique quién pagó los vuelos y los gastos para acudir a las monterías.
Este peliagudo asunto no tiene que ver con anteriores regularizaciones fiscales. Recordemos que don Juan Carlos se vio obligado a pagar al fisco por una parte casi 700.000 euros, por una deuda tributaria de los ejercicios 2016 a 2018, y por otra, más de cuatro millones por rentas no declaradas de pagos en especie.
La cuestión es que Hacienda investiga a Juan Carlos I por las cacerías a las que le invitaron después de abdicar y le exige que justifique el origen de los pagos en vuelos y otros gastos durante las cacerías a las que fue invitado después de haber dejado el trono en 2014.
Delitos y faltas
Son varias solicitudes las enviadas por Hacienda durante el último año para aclarar si el emérito tuvo un incremento no justificado de su patrimonio. Mientras que la suma de vuelos, monterías y regalos no superara los 120.000 euros no estaríamos ante un delito sino ante una falta administrativa. Al parecer, hasta ahora el rey ha ido remitiendo toda esta información según se iba requiriendo. Como decíamos, las nuevas investigaciones nada tienen que ver con las regularizaciones fiscales del emérito para evitar el delito fiscal por los viajes que le pagó la Fundación Zagatka.
El entorno del ex monarca califica este movimiento de Hacienda como una treta del Ejecutivo de Pedro Sánchez para reducir sus viajes a España. Moncloa no ha ocultado su incomodidad con la conducta del Emérito, al que le exigen explicaciones. En cualquier caso, parece que funciona el plan: don Juan Carlos ha anulado su segundo viaje u no parece que la próxima visita del rey emérito tenga lugar antes de julio, coincidiendo con la Copa de España de vela.
