En su segunda jornada de viaje de cooperación al país del noroeste de África, doña Letizia ha hecho frente a una ventisca de polvo y arena, un fenómeno meteorológico común del desierto del Sáhara septentrional. Ha sido este jueves 2 por la mañana, a su llegada al Proyecto de Innovación Agrícola, que lleva su nombre y que está situado en la región de Nouakchott.
La mujer de Felipe VI, que se ha protegido de la polvareda con una mascarilla quirúrgica y con unas gafas de sol, llevaba una cómoda coleta de caballo. Un estilismo todoterreno que ha completado con sus botas de montaña y su chaleco de cooperante.

Letizia ha sido recibida por la ministra de Acción Social, Infancia y Familia. Después ha descubierto una placa que conmemora su visita y ha recorrido un invernadero, los semilleros y el sistema de riego por goteros.

También ha visitado el Centro de Emergencias (SAMU) y el Centro Zayed junto a la primera dama, Mariem Fadel Dah. Allí ha visto una exposición de trabajos hechos por niños con trastorno del espectro del autismo (TEA). El viaje ha concluido este jueves con un almuerzo ofrecido por la primera dama en el Palacio Presidencial.
