Casas Reales

Felipe VI y Pedro Sánchez planean castigar al Emérito vía Real Decreto tras la exhibición de Sanxenxo

La actitud del Rey Emérito en Sanxenxo durante este fin de semana ha reactivado el plan de castigo pergeñado por el presiente del Gobierno y acordado con el jefe del Estado. Felipe VI hablará este lunes con su padre y le advertirá de que si mantiene su actitud y repite su gira gallega en tres semanas habrá consecuencias y se leerán en el BOE.

Una de las últimas conversaciones que conocimos entre Felipe VI y su padre fue cuando don Juan Carlos le dijo por escrito que se iba de España "para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y sosiego que requiere tu alta responsabilidad". En realidad, el Emérito se estaba yendo para que no le echaran después de que su hijo le diera un rapapolvo, le quitara la paga y renunciara a la millonaria herencia de dudosa procedencia.

Dos años después, el Emérito no ha cumplido su compromiso. Ha regresado sin tranquilidad, sin sosiego y sin respuestas: en Sanxenxo, Juan Carlos ha dado a entender que no pedirá perdón por lo que hizo, tal y como exigen algunos ministros de Pedro Sánchez.

Más allá del acoso y derribo de republicanos sedientos de república, tampoco es comprensible que se aplauda sin más a Juan Carlos. Lo del anterior jefe del Estado en Galicia ha sido cualquier cosa menos discreto.

"¿Explicaciones de qué?"

Ni siquiera va a dar la más mínima explicación sobre su fortuna, sociedades en paraísos fiscales, su futura residencia tras ser declarado "persona no grata" en Zarzuela, al menos para pernoctar. Tampoco ha aclarado los detalles de sus viajes ni quién se los paga, ni cómo se ha abonado su desplazamiento en avión privado desde Abu Dabi a Vigo, teniendo en cuenta que el código de conducta impuesto por Felipe VI impide a los miembros de la Familia Real (y Juan Carlos lo es) aceptar regalos de cierto valor. "¿Explicaciones de qué?", les dijo don Juan Carlos a los periodistas en un tono chulesco y arrogante impropio de quien no quiere perjudicar a la Corona.

Juan Carlos ha exhibido rebeldía al moverse justo en el sentido opuesto al marcado por Felipe VI y el Gobierno: todo el mundo ha visto que el Rey Emérito ha hecho lo que le ha dado la gana, fue primero a Sanxenxo el jueves, en lugar de acudir a Zarzuela a presentar sus respetos al jefe de la Casa Borbón. ¿Un acto de despecho por habérsele prohibido dormir en Palacio? Felipe VI no quiere ni siquiera que le fotografíen con su padre. El encuentro de este lunes será privado, Zarzuela lo ha sacado de la agenda y aunque Juan Carlos se verá con el Monarca, con doña Sofía y puede que con algún miembro más de la Familia del Rey, como su nieta Sofía o la Reina Letizia, no es probable que nos pasen foto, aunque no perdemos la esperanza.

La evidente desobediencia de Juan Carlos I le convierte en el gran adversario de su hijo. Se da por hecho que Zarzuela descalifica el baño de masas del Emérito, casi tan feo para la institución como matar un elefante en un safari acompañado por una amante. Solo que esta vez estamos ante una conducta pública, con genuflexión de la infanta Elena a pie de avión (reverencia que se hace a Reyes en ejercicio y jefes de las casas reales), corte de palmeros, alcalde incluido, y nubes de periodistas dando fe de la gira, incluso con una mujer rubia que aportaba cierto misterio a la escena y que resultó ser la casera del Emérito, la esposa astróloga y brasileña de Pedro Campos.

La venganza del Ejecutivo, si Pedro Sánchez es capaz de hacer piña con Felipe VI, puede llegar desde el BOE. O sea, cambiando el Real Decreto del 19 de junio de 2014, que corregía otro de 1987, firmado al abdicar Juan Carlos I, según el cual, "Don Juan Carlos de Borbón, padre del Rey Felipe VI, continuará vitaliciamente en el uso con carácter honorífico del título de Rey, con el tratamiento de Majestad y con honores análogos a los establecidos para la heredera de la corona". Si el primer ministro decide cambiarlo y Felipe accede a sancionarlo... 

¿Es la ley el camino para controlar a un emérito que parece descontrolado? Podría ser, dado que la prioridad absoluta es proteger a la institución encabezada por Felipe VI, y está claro que la actitud de Juan Carlos divide más que suma, erosiona más que ayuda, y mancha más que lava.

Hay opiniones para todos los gustos, pero un sector amplio de la opinión pública reclama esas explicaciones que don Juan Carlos se niega a dar, por mucho que el Emérito no tenga pendientes causas abiertas en los tribunales españoles ni suizos, aunque sí en Londres, donde se mantiene contra él un proceso por acoso iniciado por su ex amante, Corina Larsen. Más allá del cierre de esas causas, en los propios documentos que exoneran al Rey Juan Carlos queda meridianamente clara la conducta de Su Majestad, que se libra de sentencias en su contra no porque haya obrado de forma ejemplar sino gracias a su inviolabilidad, a las distintas prescripciones o a varias regularizaciones con Hacienda, que implican de manera implícita reconocimiento de que no se había pagado lo debido. Es decir, Juan Carlos cogió mucho dinero que no era suyo aunque no se le pueda juzgar por ello.

En tres semanas gran estreno: Sanxenxo II, la secuela

Don Juan Carlos, que ha abandonado el atuendo náutico para ponerse una traje y una corbata, si se cumple el horario previsto, llegará a Zarzuela pasadas las once de la mañana para después comer pronto con su hijo y su mujer, y puede que algunas personas más. Será sobre las cuatro de la tarde cuando abandonará el recinto palaciego y sea conducido al aeropuerto para poner rumbo de regreso a Abu Dabi. Pero en tres semanas ya ha anunciando la secuela de la película que ha triunfado este fin de semana: Sanxenxo II. Ya leeremos las críticas.

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Comentarios 2

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Independientemente de la chulería marcada por el Emérito con respecto a las explicaciones ( demostrando una vez más que a esta gentuza sólo les preocupa su situación de privilegio y seguir chupando de la teta del pueblo),esa venganza planeada, no es más que un ataque de " cuernos" del "preparao" y Sánchez por la popularidad y acogida al Emérito. Merecido se lo tienen x haberlo "exiliado"

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#1
Tomás
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Felipe VI, no eres santo de mi devoción, el hijo que saca de casa a su padre, el Rey, y lo manda fuera de su país, y le pone trabas a que vuelva y resida en su casa de la Zarzuela, siguiendo las directrices que le marca el Gobierno, es un cobarde (no sea que vea peligrar su sillón real). Es necesario recordarte que eres Rey por la gracia de tú padre, el Rey, al abdicar en tú persona, de lo que seguro se arrepiente y mucho.

Te recuerdo Señor, un derecho fundamental recogido en el artículo 19 de nuestra Constitución: "Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional. Asimismo, tienen derecho a entrar y salir libremente de España en los términos que la ley establezca. Este derecho no podrá ser limitado por motivos políticos o ideológicos".

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#2