El nuevo texto del experto en realeza, Robert Jobson, Guillermo, a los 40: la formación de una monarquía moderna, llega un momento en el que el foco mediático apunta de lleno a los Windsor: el Jubileo de Platino de la reina Isabel es un acontecimiento histórico, que sitúa a la monarquía y su continuidad en el epicentro del debate social. En ese core están Carlos y Guillermo. En la foto superior, el duque de Cambridge este lunes 25 de abril en el homenaje por el Día de Anzac en el Cenotafio de Londres, el monumento a los caídos en Whitehall. El Día de Anzac conmemora el aniversario del desembarco en Galípoli, en la Primera Guerra Mundial.

El autor, escritor y periodista Robert Jobson revela detalles de la niñez del príncipe Guillermo, que está a punto de cumplir 40 años y 11 de matrimonio con Kate, con quien tiene tres hijos (George, Charlotte y Louis). Jobson retrata al heredero como un hombre de gran carácter, cuyo temperamento contrasta con la serenidad de su mujer: "Puede ser un poco gritón... Ella es tranquilizadora, con los pies en la tierra", lanza el autor en The Mirror.

El analista revela en su libro cómo el peso de la historia y el peso de la sucesión al Trono han marcado la relación entre Guillermo y su padre, que están ahora más unidos que nunca, cuando la palabra abdicación ya está situada en el horizonte de Isabel II.
Guillermo, la "muleta emocional" de su madre
En extractos que ha publicado Daily Mail, se pueden leer algunos detalles de la infancia del duque de Cambridge, como "papá no me avergüenza, mamá sí". También, que Guillermo era como "una muleta emocional", un soporte para su madre, Diana de Gales. Mientras, su hermano Harry exploraba en esa libertad que le venía regalada por no ser el heredero, sino el "recambio".

"Tú vas a ser rey y yo no"
La relación entre los dos hermanos era muy estrecha, pero esa condición en la sucesión al Trono ha estado presente entre ellos. Según la narración del escritor, Harry se sentía "en la sombra". En una ocasión, tuvieron una discusión mientras iban de camino a Highgrove, la propiedad que Carlos de Inglaterra tiene en Gloucestershire: "Tú vas a ser rey. Yo no. ¡Así puedo hacer lo que quiera!", le reprochó el pequeño, de 6 años, a su hermano, de 8.
"Diana adoraba a sus hijos y siempre estaba abrazándolos y besándolos, pero el cuidado de los niños, después de la escuela, se dejaba a menudo en manos del personal. Consciente de que su hijo menor era especialmente testarudo, Diana también solía dejar la disciplina en manos de sus niñeras y agentes de protección", cuenta el autor, según los fragmentos que ha publicado el rotativo.

En un internado a los ocho años
A los ocho años, Guillermo fue enviado por su padre al internado de Ludgrove, en Berkshire, "una decisión que hizo llorar a Diana", asegura Jobson. Para Guillermo, la escuela era "un respiro" por la tendencia de su madre a apoyarse en él "como muleta emocional". Años después, Diana admitió en privado que había ido "demasiado lejos" al cargarle con sus problemas. El heredero tenía 10 años cuando sus padres se separaron en 1992.
Diana había empezado a llamar a Guillermo "el hombre de mi vida". Asegura el autor que cuando las emociones de la princesa "se descontrolaron", su hijo tuvo que pedirle que "dejara de decirle cosas negativas sobre su padre".
En una cena privada de Carlos y su hijo mayor, una de las invitadas comenzó a entonar una canción y su hija, también invitada al evento, le dejó caer a Guillermo qué situación "tan embarazosa" ver a su madre cantar. La respuesta de Guillermo fue reveladora. "Papá no me avergüenza, mamá sí", dijo.
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