La princesa regresó a casa el pasado 12 de marzo y desde entonces, ni rastro de ella. Ni un sola fotografía. Ni siquiera con motivo del 64º cumpleaños de Alberto II, que se celebró dos días después de su salida de la lujosa clínica suiza de Les Alpes, especializada en el bienestar emocional y psíquico y en tratar adicciones.
Su estado de salud, después de cuatro largos meses ingresada por fatiga crónica, su imagen de extrema delgadez y su mirada de tristeza es uno los últimos retratos que tenemos de Charlene de Mónaco. Todo ese blindaje en torno a la ex nadadora hace que los medios y los monegascos se pregunten cómo está y dónde se encuentra. Abajo, una foto con su marido y sus hijos en noviembre.
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Al parecer, Charlene sigue su convalecencia en Roc Agel, una propiedad de Alberto que está situada en la ciudad de Peille, junto al Principado, según publica Gala. En esta casa de campo, rodeada de un idílico paisaje de huertos de cultivo biológico y una granja de gallinas y vacas, la princesa encontraría la calma, el relax y la privacidad que necesita para completar su recuperación. La propiedad, de 56 hectáreas (el equivalente a 56 campos de fútbol), fue comprada por Rainiero y Grace. Para la ex nadadora sudafrica, Roc Agel es su refugio campestre. Allí puede nadar en la piscina, jugar al golf y descansar.
De momento, diez días después de su alta, sigue sin anunciarse su esperada reaparición. Algunos medios, entre ellos Gala, barajan la celebración del Gran Premio de la Fórmula 1, en mayo; o la Water Bike Challenge de junio, un reto deportivo impulsado por la fundación de la princesa.
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