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La intrahistoria de las fotos de Urdangarin: el vendedor quería que se publicaran y el problema no fue el dinero

Cuando una compañera, periodista ajena a la crónica social, preguntó este miércoles cómo ha sido "lo de las fotos de Urdangarin", le contamos que "el material" no procede del circuito habitual de las agencias que trabajan el mundo cuore.

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Ya desde el martes a las seis de la tarde, un día antes de que se publicara Lecturas, cuando adelantamos en primicia que Urdangarin había sido pillado haciéndose arrumacos con una mujer, nos llegó que Urdangarin le había dicho a su esposa que estaba enamorado de otra, pero que la infanta no quería romper formalmente el matrimonio.

Y que el ex duque, empujado por su nuevo amor, no vio otro modo de forzar la ruptura que haciendo pública su aventura extramatrimonial. Pero más allá de si fue él o la flamante novia del marido de la infanta Cristina quien dio chivatazo a un aficionado, o fue sencillamente un avispado espontáneo quien se encontró a los tortolitos en una playa un martes de invierno, sabemos que la persona que se trasladó a Madrid para colocar el reportaje dejó las fotos en al menos un periódico de difusión nacional, del grupo Vocento para más señas, y después estuvo en Hola. Ambos medios rechazaron comprar las escenas.

Llegó después a Lecturas, que se interesó pero ofreció una cantidad "ridícula" en comparación con el precio que un material de alto voltaje como ese podría haber llegado a alcanzar incluso en época de vacas flacas para las revistas.

Ainhoa Armentia, la amiga especial de Urdangarin, a su llegada al bufete Imaz & Asociados este jueves

Es evidente que las fotografías no están hechas por un profesional, la mitad están tomadas de espaldas y con poco foco, y eso que hay luz de sobra. Cuando Hola vio las imágenes y las dejó marchar sabían evidentemente que iban a salir en otro medio. Podían haberlas comprado para retirarlas pero nuestra fuente asegura que esa opción no se les ofreció: "El vendedor no estaba preocupado por el dinero sino por la garantía de que el material fuera publicado, lo antes posible y a poder ser en portada". 

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Desde el entorno de Hola se hizo llegar a la infanta Cristina tanto la información de la existencia del reportaje como el empeño incondicional del vendedor en que fuera publicado y no guardado en un cajón.

Nos hablan de una cifra inferior a 5.000 euros cuando ninguno de los expertos consultados rebaja de 35.000 / 40.000 euros el precio de mercado de una exclusiva de Urdangarin en actitud cariñosa con una mujer y, ¡atención!, una información añadida en el mismo pack que no podían utilizar pero muy orientativa: "No es familia, no es amiga, hay relación", decía el vendedor, aportando alguna prueba gráfica que sin embargo no incluyó en el reportaje pero sí enseñó.

El vendedor, que no tiene que ser el fotógrafo, fue a Lecturas (en Madrid), y se dejó robar porque lo importante para él no era el dinero sino que fueran en portada y cuanto antes. Para llegar a la conclusión final hay que preguntarse quién se beneficia de que se haya difundido esta información aparte de a Lecturas.

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