Amigos de la esposa de Alberto de Mónaco han arrojado un poco de luz a la situación de la princesa Charlene, ingresada en una clínica privada y 'secreta' desde hace varias semanas: "Estaba completamente agotada, tanto física como emocionalmente. Se volvió demasiado, no podía manejar el Principado o incluso estar con la familia. No podía".
Esta fuente ha asegurado este martes en New York Post que la sudafricana sufre una fuerte depresión: "Escuchaba rumores por todas partes, no podía salir a ningún sitio. Las discusiones con su marido se volvieron más serias y cayó en una depresión", ha desvelado.
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Charlene no es la primera 'plebeya' que sufre en el Principado: "Grace sufrió una terrible depresión durante los primeros años de su matrimonio, no muy diferente a lo que Charlene está pasando ahora. Estaba muy infeliz". También fuera de Mónaco, muchas mujeres pertenecientes a la realeza se han visto sobrepasadas por las normas y obligaciones, como Diana de Gales o Masako de Japón, a quien la presión por dar al rey un heredero varón la hundió por completo.
La enfermedad a la que se enfrenta la ex nadadora no es reciente, sino que la arrastra desde hace años: "Hace ya mucho que era una mujer distante, como si no le importara cómo la perciben los demás. Estaba triste pero sin la capacidad de hacer nada al respecto. Es muy difícil de entender".
Charlene Wittstock (43) se casó con Alberto de Mónaco el 1 de julio de 2011 en el Palacio Grimaldi, después de cinco años de noviazgo. Se convirtieron en padres de Jacques y Gabrielle en diciembre de 2014.