Aunque no se aprecie a simple vista, las brochas de maquillaje acumulan suciedad que, si no se elimina de forma periódica, al menos una vez a la semana (si las usas a diario), podría provocar irritaciones e infecciones en la piel.
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En este sentido, con la ayuda de los expertos de DRUNI, explicamos cómo limpiar correctamente los pinceles y brochas de maquillaje.
Limpieza básica: agua con jabón
Rosa Rosello, directora de formación de DRUNI, nos da las claves para limpiar las brochas con agua y jabón, la forma más sencilla y económica.
Coge un guante tipo exfoliante o una toalla, ponle un poco de jabón y un chorro de agua hasta que salga espuma.
Una a una, frota tus brochas de maquillaje sobre el guante o toalla de forma circular y con movimientos enérgicos. Verás que los restos de suciedad se van quedando sobre el guante o la toalla.
Seca las brochas boca abajo después de apretar con un papel seco para minimizar la humedad. Mantén la virola (la parte metálica que sujeta las cerdas de la brocha) siempre seca para alargar la vida útil de las cerdas.
En el caso de las esponjas de maquillaje, bastará con limpiarlas directamente con agua y jabón y dejarlas secar.
Limpieza profunda: uso de un producto específico
Aplica el limpiador de brochas directamente sobre tus pinceles y brochas.
Retira lo sobrante con un papel seco.
Deja secar tus herramientas boca abajo en un lugar fresco y seco (siempre puedes apoyarte con un soporte para brochas).
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